Antecedentes
El etanol o alcohol etílico que se encuentra en las bebidas alcohólicas es una sustancia psicoactiva depresora del sistema nervioso central. Se obtiene de la fermentación de los azucares de frutas y cereales (cerveza, vino, sidra) y del proceso de destilación de los alcoholes fermentados (bebidas con una graduación mayor al 20%). Las personas con función hepática normal metabolizan de 6 a 8 gramos de alcohol por hora, aproximadamente la cantidad contenida en una bebida estándar (una cerveza de 330 ml, una copa de vino de 140 ml, o un caballito de destilados de 40 ml). Si se ingiere un volumen superior, el alcohol se empieza a acumular en la sangre y por lo tanto, en el cerebro, incrementando sus efectos tóxicos.
Efectos
Los efectos dependen de la cantidad de alcohol en sangre. A dosis bajas se produce una mezcla de efectos depresores y estimulantes, que se manifiestan por una desinhibición de la conducta (fase de excitación). Conforme la dosis aumenta, disminuye la coordinación, la velocidad para reaccionar, la atención, el juicio y el control (fase de embriaguez). Debido a que el alcohol es un depresor, si la persona continúa bebiendo se presenta una última fase, llamada comatosa, donde disminuyen las diversas capacidades y funciones del organismo: incapacidad para caminar y hablar, desciende la temperatura del cuerpo y el ritmo cardiaco. Además, hay posibilidad de muerte por paro respiratorio.
Consecuencias
Las consecuencias inmediatas más frecuentes y peligrosas son los accidentes automovilísticos, las caídas, los atropellamientos, las relaciones sexuales de riesgo y los actos violentos. A largo plazo se presentan alteraciones en el sistema digestivo (pancreatitis y gastritis crónica), cáncer de garganta, boca y pecho, daño hepático, pérdida de memoria, déficits de vitaminas, envejecimiento prematuro y reduce su potencia sexual en los hombres.
¿Quiénes tienen mayor riesgo al consumir tabaco?
- Los adolescentes.
- Personas con úlcera hepática, debido a que alcohol irrita directamente el sistema gastrointestinal.
- Mujeres, tienen 50% menor capacidad para metabolizar el alcohol, lo que incrementa los niveles de alcohol en sangre.
- Mujeres embarazadas, el alcohol puede afectar al feto y producir retardo mental irreversible.
- Personas con historia familiar de alcoholismo, quienes tienen padres alcohólicos presentan mayor riesgo de desarrollar dependencia al alcohol.